Cuando todo esto acabe, cuando todo esto pase…
No querré más manuales de instrucciones, no querré más lecciones sabias de gente que luego en actos se contradice, ni recomendaciones de mentes adivinatorias. Ni si quiera querré un toque de queda…
Cuando todo esto pase, me prometo no hacer dramas de los silencios que no me pertenecen, ni volveré a buscar a nadie que no quiera ser encontrado; todos ellos disfrutaran de un amplio espacio al que yo no me volveré acercar.
Cuando todo esto acabe, no haré las cosas como siempre; me recordaré a mí misma no cometer el fallo de abrir un corazón transparente a aquel que lo tiene emborronado.
Cuando todo esto pase, haré más caso a mi intuición, a todas esas emociones que deambulan por mi cuerpo cuando imaginan algo. No olvidaré los sabores amargos.
Cuando acabe todo, comenzaré a creer más en mi misma, en lo que soy, y en todo lo que he conseguido y conseguiré; creeré solo en la magia inquebrantable de la gente que de verdad me acompaña. Incluso recordaré justo este sonido que hace el teclado escribiendo estás líneas.
Cuando pase todo, no olvidaré a los que nos han dejado; los míos, los tuyos, los del mundo.
Volveré a vivir. Tú deberás volver a vivir.
Cuando todo esto acabe, volveré de una forma volátil. Haré exclusivos mis besos, no te venderé ilusiones factibles porque me imaginaré grandiosa. Incluso para ti que no lo viste. Ya basta de fragilidad.
Cuando todo esto pase, me rendiré a tiempo dejando mi orgullo intacto, me saciaré solo de grandes amantes y mentes maravillosas. Me alejaré de las personas tóxicas, que duelen, que no quieren… No me comprometeré en nada más con cobardes.
Aprenderé a callarme siempre a tiempo, y empezaré a quererme de manera sencilla, pero lo haré.
Cuando todo esto acabe, quiero concederme una nueva oportunidad conmigo misma.
Cuando todo esto pase…
Esta vez sí.
A mí, sí.
A ti, ya no.
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